¡No relajes! He hablado con gente que entiende los problemas que hablamos y discutimos en algunos de estos blogs (relacionados con la iglesia, la vida cristiana, la teología), parecen interesados, preocupados, dispuestos… pero ¿qué? Con sus acciones demuestran que no les importa un carajo. Es aquí donde me decepcionó. Nadie está dispuesto a comprometer el estatus y la reputación, aunque saben que hay un jodido problema.
Es como este país. En comedores, cafés, en mi cumpleaños ¡por el amor de Dios: en mi cumpleaños!, en panaderías, a la hora de comida en el Supermercado Nacional, en la radio, en la televisión, en las iglesias, en el parque, los hippies entre cigarrillos o droga, se habla de los problemas de esta nación. ¿Saben cuántas personas están dispuestas a hacer algo? CERO… aja! CERO. Nadie, todos hablan, todos están preocupados, todos están interesados, dispuestos… ¡Ah! Nos jodemos, ¡qué cosa!… pero nadie está dispuesto a comprometer un pedacito de su comodidad en orden de que el futuro se vea un poquito más brillante. Parece mentira que este país fundado con el sacrificio de algunas personas lo queramos entregar a la desgracia porque estamos tan cómodos como vivimos.
Parece mentira que una iglesia fundada en el martirio padezca situaciones incómodas porque nuestra comodidad vale más que algunos valores.
B the freaking S (BS… bi es) como dirían los gringos. Miér…. coles como diríamos nosotros. ¡Dej(á)te de joder! Como dirían los argentinos. ¿De qué sirve estar preocupados, interesados, dolidos y hablar de eso si parece que nos gusta estar asi? Si te vas a quejar que sea porque vas a hacer algo… sino es un simple chisme. Si estás visiblemente cómodo (aunque expreses tu incomodidad) con la situación: no te quejes, ni pretendas preocupación… da gracias a Dios… es mejor. Si te vas a quejar que sea porque vas a hacer algo… sino es un simple chisme.
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