Hace algunas semanas (ahora años) en El Círculo, comprimimos nuestra visión, para que todos se la puedan aprender o por lo menos puedan recordarla, y les dije que eso tomaría cierto esfuerzo de nuestra parte. Ahora en nuestra visión, debemos empezar desde atrás, para luego ir hacia delante y continuar nuevamente hasta atrás y así sucesivamente… Entonces lo primero que nosotros tenemos que hacer es comunicar esa comunidad de fe y amor, que proclamaramos vamos a ser.
Ahora, ¿cómo podemos ser esa comunidad de fe y de amor? En Juan 13:35, Jesús les dice a los discípulos: “De este modo, todos conocerán que son mis discípulos, si se aman unos a otros.”
Así que, después de la partida de Cristo, eso es exactamente lo que ellos se dedicaron a hacer. Algunos 3 o 4 meses después de Jesús haber dicho estas palabras, vemos como en Hechos 2, Lucas le dice a Teófilo como era la vida de la Iglesia:
“Se mantenían firmes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en el partimiento del pan y en la oración. Todos estaban asombrados por los muchos prodigios y señales que realizaban los apóstoles.
Todos los creyentes estaban juntos y tenían todo en común: vendían sus propiedades y posesiones, y compartían sus bienes entre sí según la necesidad de cada uno.
No dejaban de reunirse en el templo ni un solo día. De casa en casa partían el pan y compartían la comida con alegría y generosidad, alabando a Dios y disfrutando de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía al grupo los que iban siendo salvos.”
Escúchenme bien: Este es uno de los pasajes bíblicos más predicados acerca de ser una verdadera comunidad. Este pasaje es un misterio. Por todas partes en libros, páginas de internet, forums “cristianoides”, en blogs, etc. Se comentan estas cosas, diciendo que tenemos que ser exactamente esa comunidad, ¿cómo? Haciendo exactamente lo que esa gente hacía: reuniéndonos en casa, dando todo lo que tenemos, etc…
Déjenme decirles que ahí no está la clave.
¿Cuántos de ustedes no han participado en “iglesias caseras” o células?
¿Cuántos no son fieles en la generosidad?
¿Cuántos no han practicado la oración con otros creyentes?
La diferencia muy poca o ninguna…
Lamentablemente y sin darnos cuenta, estamos enfocando nuestros esfuerzos en soluciones humanas, cosas que creemos que se deben resolver con las manos, y el misterio todavía no está resuelto.
Yo no pretendo resolver el misterio y no se va a resolver con un mensaje de 30 minutos, ni siquiera pretenderé que este mensaje va a cambiar sus vidas, porque no quiero sustituir para nada la decisión que cada uno de ustedes pueda tomar, junto con lo que el Espíritu de Dios está determinado hacer. Así que, no podemos forzar a la gente a vivir en esa comunidad de amor, de hecho no podemos forzarnos a nosotros mismos a ser esa comunidad, cada uno de ustedes pueden dar testimonio de que eso es así.
¿Cuánto tiempo hemos hablado de esto? Muchísimo tiempo. ¿Ha dado resultado? ¡No! Todavía hay gente que no vuelve por los chismes, que le parecemos un grupo de pecadores (no están lejos de la verdad porque eso es lo que somos, si quieres buscar gente perfecta… hmmm… ok), gente que no se siente recibida, y todavía muchos de nosotros que no queremos recibir gente, y ni nos obliguen.
Eso es porque, por medios humanos no podemos ser esa comunidad de amor.
Dietrich Bonhoeffer, el famoso teólogo alemán que fue asesinado por Hitler, escribió en su libro LIFE TOGETHER, algo que me llamó muchísimo la atención:
“Porque la Comunidad Cristiana es fundada solamente en Jesucristo, es una realidad espiritual y no una realidad física (o meramente humana). En esto difiere absolutamente de otras comunidades… La hermandad cristiana no es un ideal que uno debe realizar; es al contrario una realidad creada por Dios en Cristo en la cual debemos participar. Mientras más claro aprendemos a reconocer que el terreno y la fuerza y la promesa de toda nuestra comunidad es sólo en Jesucristo, más serenamente debemos pensar de nuestra hermandad, y orar y esperar en ella.”
“El amor humano es dirigido a otra persona para su propio deseo, el amor espiritual lo ama porque Cristo lo desea así. Entonces, el amor humano busca un contacto directo con la otra persona; lo ama no como una persona libre sino como alguien que debe estar atado a ese amor… Desea ser irresistible, gobernar. El amor humano piensa poco en la verdad. Hace la verdad relativa, porque nada, ni siquiera la verdad, debe estar entre ese amor y la persona amada.”
“Jesucristo está entre el que ama y los que esa persona ama… Porque Cristo está entre yo y otros, no debo desear una comunidad directa con ellos. Como sólo Cristo puede hablarme en una manera en que yo pueda ser salvo, como también que otros puedan ser salvos, solo a través de Cristo. Esto significa que yo debo liberar a la otra persona de todo intento mío por regularla, coercerla y dominarla con mi amor… A consecuencia de esto, este amor espiritual le hablará a Cristo sobre un hermano más que de lo que otro hermano le hable sobre Cristo. Conoce que la forma más directa de llegar a otros es siempre a través de la oración en Cristo y que el amor por otros es enteramente dependiente de la verdad de Cristo.”
Ahora bien, la comunidad no funciona simplemente porque nosotros nos forzamos a amar al otro, y esto es imposible. Este amor debe existir dentro del contexto espiritual, y no hay contexto espiritual si no hay una relación con Dios, entonces ese amor no va a existir… PUNTO.
Es difícil amar en una iglesia, porque aquí están todos con los que sinceramente no te juntarías si te dieran a elegir. El problema es que Dios no nos da a elegir, nos pone dentro de una comunidad. Cuando creemos que podemos elegir, andamos de comunidad en comunidad sin encontrar la que es perfecta, y la que encaje con nosotros. ¿Por qué? Porque queremos, repito, por medios humanos buscar el grupo con el que yo encaje, esa no es la voluntad de Dios, aunque estás en completa libertad de hacerlo. Yo me he ido de sitios donde no me siento bien, pero, ¿Cuál es el resultado? Que, hasta que no me de cuenta que mi corazón y mi alma, mi amor, se lo debo a Cristo, entonces esa comunidad no inicia, porque inicia conmigo, y luego, yo contamino a los otros.
¿Qué debemos hacer?
Es tiempo de buscar de Dios más profundamente, vamos a dejar de buscar entre nosotros al amigo perfecto, al hermano intachable, al no pecador o al pecador, y vamos a buscar de Dios…
En 2 Crónicas 7:12-16, Dios le habla a Salomón:
“He escuchado tu oración, y he escogido este templo para que en él se me ofrezcan sacrificios.
Cuando yo cierre los cielos para que no llueva, o le ordene a la langosta que devore la tierra, o envíe pestes sobre mi pueblo, si mi pueblo, que lleva mi *nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
Mantendré abiertos mis ojos, y atentos mis oídos a las oraciones que se eleven en este lugar. Desde ahora y para siempre escojo y consagro este templo para habitar en él. Mis ojos y mi *corazón siempre estarán allí.”