Dirección

ACERCA DE LA SERIE: El más grande anhelo de Dios para toda la humanidad es que Sus criaturas obtengan la vida eterna, a través del sacrificio de Su Hijo; el segundo es que aquellos que lo hagan, alcancen “la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efe. 4:13 RVC). Ninguna persona lo logrará si no estudia las Escrituras, obedece las instrucciones que Dios nos da en ellas y se deja acompañar, y dirigir, por otros. Y aunque habrá muchas personas que Dios mismo pondrá en nuestro camino para discipularnos, el verdadero aprendizaje solo se alcanza, a plenitud, bajo la dirección del Espíritu Santo.

ACERCA DEL MENSAJE: El Espíritu Santo no “entró en funciones” o se “activó” por la promesa dada por El Señor a Sus discípulos en sus instantes finales sobre esta tierra. El Espíritu ha estado presente y trabajando desde antes y durante la creación del mundo, teniendo responsabilidades muy importantes como parte ejecutora del plan divino. Desde el Génesis y a través de todo el AT vemos como la vida depende del poder del Espíritu; aún la belleza de los cielos es parte de Su obra. El Espíritu ha estado, está y estará en funciones, y activo, en todas partes y en todo momento de la creación de Dios.