Categories
Artículos

Mi mundo

¿Donde estabas el martes 11 de septiembre del 2001 a eso de las 9:00 a.m.? ¿Recuerdas? Yo si. Estaba en Santo Domingo, en la esquina que forman la Av. Máximo Gómez con Correa y Cidron en una practica de una de las Ingenierías de Tránsito que tuve que cursar en la universidad. La práctica consistía en tomar un muestreo de 12 horas de los vehículos que transitan por dicha intersección. Yo, junto a cuatro compañeros mas. había tomado el turno que empezaba a las 6:00 a.m. Recuerdo que la gente que pasaba caminando decían que habían bombardeado a los Estados Unidos, otros que hubo una explosión en las torres gemelas. Nosotros no podíamos abandonar nuestros puestos de muestreo porque necesitábamos esos datos para una práctica posterior. Así que no fue hasta que salieron los periódicos de la tarde que nos pudimos enterar bien de todo lo que estaba ocurriendo.

Sea donde sea que hayas estado, estoy seguro que recuerdas con claridad ese día, porque después de ese día estamos viviendo en otro mundo. Lo que muchos de nosotros no sabemos es que lo que en verdad paso ese día fue que nos trajeron a este lado del mundo una realidad latente por muchos años ya, en otros lugares más lejanos. Una realidad en donde se vive con miedo de morir desde que te levantas hasta que te acuestas.

El mundo en el que nos ha tocado vivir esta de todas formas menos bien. Solo tienes que mencionar un continente, para que te lleguen a la memoria al menos tres problemas que amenazan de manera muy real a los habitantes de los países que conforman dicho continente. América tiene a algunos de los países más pobres del mundo, algo que suena paradójico porque en el mismo continente se encuentra la nación más rica y poderosa de la tierra. También tenemos problemas de drogas muy serios en cada uno de los países del continente; además de la pobreza y la corrupción que corroe los cimientos de las débiles democracias de los países latinoamericanos.

Podemos continuar con Europa, cuna de la civilización moderna. Según el informe anual de la World Geopolitics of Drugs para el año 2000 en 1999 se encontraba en Europa el mercado de consumo de drogas más grande del planeta, el área Schengen (un grupo de 15 países donde se puede viajar con una sola visa valida para todos.). También en Europa existe un mercado de tráfico sexual o trata de blancas que ha movido de 200,000 a 5000,000 mujeres procedentes de Latinoamérica, África, Asia y Europa Oriental. Hay que mencionar que lamentablemente las dominicanas son de las principales en ese negocio.

África es el continente de la pobreza, donde muchos de sus países están envueltos en guerras civiles o étnicas. Y en Asia, se encuentra la región política y militarmente más inestable del mundo: El Medio Oriente.

Definitivamente no hay un lugar en el mundo donde puedas sentirte completamente seguro y en paz. Es mas, mientras escribo esto, estoy mirando noticias por Internet y en la televisión, acerca del bombardeo israelí a las fuerzas de Hezbollah en el Líbano que podría resultar en un conflicto de proporciones catastróficas. Y ni hablar de la situación de altísima criminalidad que vivimos en Republica Dominicana; tan grande es que hizo que el gobierno central tomara medidas nunca vistas en nuestro país para tratar de bajar la tasa de asaltos y atracos. Pero si hay algo que asombra, es que a pesar de vivir en un mundo tan convulsionado, hemos (la mayoría) desarrollado la capacidad de vivir como si todo fuera color de rosa, como si nada pasara.

Pero ¿Por qué? ¿Por qué tiene que pasar todo esto? ¿Por qué nuestro mundo esta en esta situación? ¿Hay alguna respuesta para esta pregunta? La verdad es que aunque nos duela decirlo, somos nosotros mismos los causantes de nuestros males. Tomemos como ejemplo la pobreza que existe en el mundo, y para eso echémosles un vistazo a estos datosi:

El PIBii (Producto Interno Bruto) de las 48 naciones mas pobres (es decir, un cuarto de las naciones del mundo) es menor que la riqueza combinada de las tres personas mas ricas del mundo.

La mitad de la población mundial- cerca de tres mil millones de personas- vive con menos de dos dólares al día. (algo así como RD $66.00)

Menos de un uno por ciento de lo que el mundo gasta cada año en armas, es lo que se necesitaba para poner a cada niño sobre el planeta en la escuela para el año 2000, y todavía eso no sucede.

En 2004, alrededor de un 0.13% de la población mundial controlaba un 25% de las riquezas del mundo.

En 1998, los estadounidenses conjuntamente con los europeos gastaron US $17 mil millones en comida para mascotas; 4 mil millones mas de lo necesario para garantizar el acceso de toda la población de los países en desarrollo a servicios básicos de salud y nutrición. ¡Vaya Perla!

Nuestro mundo tiene la capacidad de producir riquezas más que suficiente para que los seis mil millones de personas que lo habitan vivan en condiciones cómodas. Esto no es una realidad debido no a problemas de las economías de los países en desarrollo, no a problemas políticos, si no a la avaricia que domina el corazón de los hombres. Y no es un secreto para nadie que todas las guerras y luchas que hemos tenido en la historia han sido por poder, por riquezas. Bien lo dijo el Apóstol Pablo: “El amor al dinero es la raíz de todos los males”iii

A los cristianos no nos sorprende, o al menos no debería sorprendernos, la situación actual de nuestro mundo. Esto debido a que la Biblia, la palabra de Dios, predijo con mucha anterioridad los sucesos que hoy son titulares en los periódicos. Leamos lo que dice Jesús en Mateo 24:6-7:

“Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin. Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá hambres y terremotos por todas partes.”

El verso ocho es aun mas alarmante: “Todo esto apenas será el comienzo de los dolores.”

La Biblia también dice cual será el final de la historia. Gracias a Dios es un final feliz para todos aquellos que deciden aceptar a Jesús como su Señor y Salvador y vivir para el. Ahora quisiera que pensáramos esto, si Dios no se ha equivocado en sus predicciones del futuro hasta ahora; ¿Por qué no creer que tendrá razón con respecto al fin de este mundo? Y mas aun, si Dios no se ha equivocado en identificar a través de Su palabra las causas de los males de la humanidad; ¿Por qué no pensar que el también tiene la cura?

Leave a Reply