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Ya no me gusta la Iglesia

¿Cuánto confías en Dios?
Eso es una buena pregunta que solo se conoce en momentos de apriete. Pero no solamente ahí, sino también en momentos donde las cosas como las tenemos organizadas fallan: ¿Te  turbas? ¿Te pones ansioso? ¿Te tiemblan las rodillas o te desanimas? La verdad que se prueba cuanto uno confía en Dios, no sólo en los momentos de apriete, sino también en los momentos donde sencillamente, el mundo no se va a acabar, pero algo de nuestro plan falla.
Primero quiero alentarte: Dios está contigo en todo tiempo, no importa que vaina esté pasando. Y contarte una leve historia. Casi mil años antes de que Leonidas el Espartano se decidiera a atacar a Artarjerjes y su poderoso ejercito con tan sólo 300 hombres, ya la Biblia tenía su propia historia de 300.
Los Israelitas se encuentran en aprietos a causa de su desobediencia a Dios, y un grupo de pandilleros organizados en nación llamados los “Madianitas” se han encargado de azotarlos. Dios elige a Gedeón, de la tribu de Benjamín, para que el ponga a estos tipos en cintura después de que el pueblo de Israel clamó por liberación.
Lo interesante es que Gedeon:
• Sale con 32,000 hombres. Dios se encuentra que son muchos.
• Que los que estén llorando y temblando se vayan pa su casa. Quedan 10,000. Todavía son Muchos.
• Dios manda a que beban agua. Explicar porque los que se arrodillaban con su cara hasta el agua no fueron elegidos: simplemente descuidaban
la guerra, porque al beber agua bebían como si estuvieran en la heladería.
• A través de un sueño se dan cuenta que Dios le ha dado la victoria.
• Gedeón se inventa la bomba molotov de fabricación Israelí y gana.
Muchos de nosotros hemos puesto nuestra confianza en muchas cosas, son las que nos aseguran el éxito en alguna situación en específico. Algunos sus capacidades, otros el talento para ciertas cosas, otros su dinero, otros su inteligencia… otros: su religiosidad. Y es cuando su religiosidad falla, cuando los tiempos de oración se tornan negros, no quieres levantar los brazos para adorar, la Biblia te parece otro libro más (y eso que ya has adquirido todas las versiones), y la iglesia ‘tá monótona, cuando piensas que, porque no puedes hacer ninguna de esas cosas, Dios no está contigo… que Dios nos muestra que todo esto no depende de nosotros: DEPENDE DE EL.
Queremos engañarnos, pensando que a Dios le gustan nuestros “jueguitos religiosos”, sabiendo que la mitad de nuestra vida no corresponde a lo que decimos que somos, así que invertimos la mayor cantidad de tiempo posibles en “tareas” que creemos “agradan” a Dios, pero cuando esas tareas fallan, cuando ya no eres el súper predicador o el súper cristiano que nos hacías creer ser, entonces es tiempo de admitir que no depende de nosotros: DEPENDE DE DIOS.
¿Cuánto confías en Dios? Es una muy buena pregunta…

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